Mis palabras hacen versos que cobran alas hacia el destino más inimaginable.
Mis palabras recrean ideas que nadie entiende ya que al pensarlos ni yo segura estoy de ellas.
Mis palabras forman un arte que el mismo sentido cobran para un don nadie o un genio.
Mis palabras alzan sueños que se desvanecen antes de formar nubes que sus alas rozan.
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¿Qué lo mismo da que escriba? Si
Pero de toda esta pesca, coloquialmente expresado, van los libros.
Ni Coelho, ni Kafka, ni tan si tan siquiera una pastelosa Emily Brontë pretendían expresar con sus obras lo que expertos han pretendido con su oficial versión.
La versión del lector es aquella que engloba miles de opiniones, sentimientos y lecciones que sentimos, cada uno consigo mismo, al terminar tan trabajosos libros.
¿Pero nunca nadie ha pensado en una tercera versión?
¿Jamás te ha ocurrido, lector, que has comenzado a redactar una carta o un diario y te has descubierto a ti mismo escribiendo todo aquello que no sabes cómo expresar?
Se sabe que Emily Brontë, fracasada hija institutriz, tan solo quiso dejar escapar sus sueños con una novela enrevesada y trágica. Dando vida a personajes en los que se reflejaba, cada cual más desgraciado.
No más lejos de la realidad sus líneas se consideran una de las novelas más románticas.
Se sabe que Frank Kafka, escritor de una de las más importantes novelas universales, ordenó quemar todos sus escritos en el supuesto caso de una muerte prematura y que, a pesar de ello su mejor amigo traicionándole publicó sus obras cuando el autor falleció.
Se sabe que Coelho, lejos de lo que intenta explicar: una oculta versión de un dios, una nueva filosofía de la verdad humana; lo único que ha logrado es ser criticado por aspectos de la sociedad de los que, aun pareciendo de primeras, no le incumben para nada.
Nadie quien sufre y quién pace. Nadie sabe quien sonríe y quien disfruta.
Al menos por sus escritos no se puede juzgar la estabilidad de alguien correctamente.
Me dicen que saben que he sufrido mucho. Pero nunca se podrán hacer a la idea de todo lo que he pasado a la vez a lo largo del último año.
"No eres la única que lo has pasado mal" o "Yo lo he pasado peor"
Me parece chachi, pero es que no he dicho eso. En mi blog de desahogo hablaré de mi, y no de ti, víctima de una cruel y muda realidad.
Me dicen que me ven feliz. Pero ¿Qué saben ellos de mi felicidad?
Llevo sonriendo tantos años que por sonreír de verdad tras decadencia no muestro mi felicidad real.
Mi felicidad llegó a mi vida antes de que las cosas se estabilizaran.
Cuando logré hallar otra pieza en el puzzle de mi leyenda personal.
Ojalá la gente deje de interpretar mi buen comportamiento, mi alegría y mi optimismo como felicidad.
Porque a pesar de parecer que nada tiene que ver lo que he escrito mil parrafos arriba tiene mil conexiones.
Escribo lo que siento, y solo entendiendo lo que escribo comprenderán que soy feliz.
No pido que nadie lo entienda por que ni grandes autores ordenan sus ideas al redactar.
Y por eso mismo siendo libre en este blog no tengo que preocuparme de ser como siempre criticada.
Porque la libertad te da alas.
Y esas alas alcanzan lo que uno quiere o es capaz de alcanzar.
Por una razón muy personal puse un título a este blog.
INK WINGS como alas de tinta.
Y como mi padre más de una vez me dijo.
LEER TE HARÁ LIBRE.
No lo olvideis.
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