jueves, 24 de enero de 2013

Luz de nuevo




Y me llevan viajando por una carretera de baches y polvo. Mientras el sol, que aún se alza en media tarde, inunda con un reflejo el espejo retrovisor en el que me miro.
Y mis ojos se vuelven de un azul llameante mezclado con cristalino de lágrimas.
Me miro pero no me veo a mi, veo otra cosa en esos ojos de pupilas imperceptibles.
Veo esa esencia que ahora siempre me acompaña. Es extraño porque ya no está ahí conmigo.
Pero sigo sin poder olvidar la luz que me hace reflejar, y no es la del sol, es una aún más blanca y brillante.

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