Existen dos cosas que impiden que una persona,, gracias a un repentino vuelco de la rueda del destino, realice sus sueños:
Creer que son imposibles o que, gracias a un repentino vuelco de la rueda del destino, veas que se transforman en algo posible cuando menos te lo esperas.
En ese momento el miedo aparece y los sueños tienden a desaparecer.
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