Hoy te he visto otra vez.
Por primera vez, tendido en una camilla, cual espectro.
Parecías un fantasma.
Y quien diga que no existen se equivoca.
¿Dónde están los fantasmas hoy en día?
En las personas que vagan entre la vida y la muerte.
Con su cara blanca y aparentemente sin vida.
Sus sábanas son batas hospitalarias.
Y en vez de arrastrar bolas de hierro y cadenas, llevan consigo siempre una bombona de oxígeno la cual les permite vivir.
Es triste, pero estos son los fantasmas que erran en nuestra cercana realidad.
Me daba mucha pena.
Y de nuevo, no pude abrazarte cuando al fin despertabas...
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