martes, 19 de abril de 2011

Paz interior




Todo el mundo sabe cuando una película acaba con final abierto.
Cuando los protagonistas se reencuentran y hablan lo sucedido.
Cuando se gritan, discuten y finalmente lloran pidiéndose perdón.

Todo el mundo apaga la tele, cierra el vídeo o abandona la sala de cine con una sensación de paz interior.
Saben que los protagonistas se han perdonado sus respectivos errores y comenzará una amistad nueva, buena, mala, mejor que buena... nadie lo sabe.

En el momento que a uno le pasa, la paz interior se turbia y esa sensación de duda te acompañará mucho tiempo.
Torturándote día a día, aplastándote como el secreto no lo hacía cuando lo apartabas de tu mente.

Y aun así, he de suponer que esto es un final feliz, un continuará...
Porque allí estaba pidiendo perdón, llorando, gritando y rompiendo no briznas de hierba, sino arrancando cachos enteros. Sentada en lo alto de esa colina enfilada de árboles.
Viendo como los últimos rayos de sol me acompañaban en los últimos momentos.
Tras una mañana ventosa, mediodía caluroso y tarde lluviosa. El crepúsculo marcaba con luz el paisaje revuelto y mojado del monte.

Te das cuenta que eso no es tan bonito si quien te acompaña no está bien del todo.
Que es el bienestar de las personas ajenas el que te enseña la belleza del mundo.

1 comentario:

  1. es tan bonito depositar tu felicidad en otras personas verdad? es una pena que la mayoría no nos atrevamos.. jaja

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