jueves, 16 de junio de 2011

Soneto 68-William Shakespeare

El amor no se deja engañar por las trampas del tiempo.
Aunque los labios y mejillas rosados al alcance de su curvada os lleguen.
Con sus breves horas y semanas, incluso lo resiste hasta el filo del juicio.
Si esto es falso y me lo demuestran,
nunca escribí y ningún hombre nunca amó.

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