domingo, 20 de noviembre de 2011

No odiar por pena

Te he dedicado esta mañana una entrada y me da rabia. Por que no la mereces y te daría asco leerlo.
Pero me da igual. No puedo llegar a odiar, no me sale, y menos vas a ser tú el que saque eso de mi.
Y me alegra por que me has hecho sentirme como lo más miserable del mundo con palabras que solo salen de tu boca cuando los demás no te escuchan. Cuando eres la persona graciosa y original de todo el mundo.
Y como te dije, yo no voy a decir nada de lo que me has dicho en las dos conversaciones, no voy a hacerme la víctima. Solo espero que algún día, cuando pierdas a todos lo pocos amigos que me robaste, seas capaz de darte cuenta de por qué yo, la persona más miserable del mundo para ti, no he sido capaz de odiarte objeto de no ser tú capaz de merecer que alguien dirija algo tan fuerte hacia ti sin ser rabia y pena ajena...

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