lunes, 28 de marzo de 2011

Reloj



Volvió a meterse en la cama y el sueño vino rápido.
Antes, no obstante, recordó una historia  más con su padre. Era domingo y estaba la familia reunida comiendo en casa de su abuela. Ella debía de tener unos catorce años, y estaba quejándose de que no conseguía hacer determinado trabajo para la escuela porque todo lo que empezaba a hacer terminaba completamente mal:

-Quizás estos fracasos te estén enseñando algo- dijo su padre.

Pero Brida insistía en que no; que ella había entrado por un camino equivocado, y ahora no había más remedio.
El padre la cogió por la mano y fueron hasta la sala donde la abuela acostumbraba a ver la televisión. Allí había un reloj de pie, antiguo, que estaba parado desde hacía muchos años por falta de piezas.:

-No existe nada completamente errado en el mundo, hija mía- dijo el padre, mirando el reloj.
Hasta un reloj parado consigue estar acertado dos veces al día.

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